Descifrando el éxito: La batalla de las habilidades blandas frente a las duras al descubierto
Las habilidades duras siempre se han considerado esenciales para quienes planean tener una carrera profesional de éxito. Para desarrollarlas, una persona necesita formarse, aprender y adquirir la experiencia necesaria. El aprendizaje de habilidades duras permite a un trabajador manejar distintas herramientas, como instrumentos específicos, software o programas especiales, determinadas máquinas, etc.
La adquisición de destrezas está estrechamente relacionada con los planes de estudio de las escuelas, institutos y universidades. Los planes de estudio se elaboran con mucho material teórico y se basan en numerosas investigaciones científicas para que los estudiantes aprendan la materia teórica de la asignatura. La formación profesional continua amplía la perspectiva, pero en la mayoría de los casos sólo implica un tipo de interacción que puede denominarse "hombre-máquina".
La globalización afectó a la percepción del trabajo y a las perspectivas de su desarrollo. Las competencias interpersonales son objeto de un intenso escrutinio por parte de los empleadores, ya que su impacto positivo es perceptible en todas las esferas de la vida. Además de la estructura "Humano - Máquina", aparece la estructura "Humano - Humano".
A diferencia de las competencias duras, las blandas apenas se enseñan en muchos centros de enseñanza. Evolucionan durante toda la vida y diversas experiencias profesionales y sociales las fortalecen o debilitan. Cada persona aprende un conjunto de estrategias conductuales y comunicativas que hacen que la comunicación sea más cómoda y eficaz, y el proceso de trabajo, más productivo.
Cabe mencionar que las habilidades blandas pueden entrenarse al igual que las duras. La formación en habilidades blandas ayuda a las personas a evitar la torpeza del fracaso comunicativo y les enseña toda la información necesaria para que puedan interactuar con los demás con éxito y desarrollar habilidades que les ayudarán en los ámbitos profesional y privado de la vida.
Esta oposición plantea muchas preguntas: ¿qué es más importante desarrollar? ¿Sustituirán las habilidades sociales a las duras? ¿Es inútil la educación general si una persona no es carismática y carece de habilidades blandas?
Las estadísticas demuestran que las capacidades y los conocimientos técnicos sólo representan alrededor del 15 % de los motivos por los que un candidato consigue un empleo y decide progresar en él. El 85 % restante del éxito laboral se basa en las habilidades interpersonales. Esto lleva a la conclusión de que el desarrollo de las habilidades blandas es decisivo para el futuro de cualquier empresa y de cualquier trabajador. Las habilidades duras no pueden ser sustituidas por las blandas, ya que la teoría y la práctica van de la mano para el trabajo eficiente y el cumplimiento de las tareas. Sin embargo, los empleados bien formados con un alto nivel de habilidades blandas no sólo son más empleables, sino que también experimentan una mayor satisfacción con su elección de carrera y su vida laboral en general.